jueves, 13 de febrero de 2014

de comilonas, pintxos, tapas y otras viandas

Un colega me pasó este curioso artículo del número 15 de la revista gratuita "El Mono Revista para el WC".
Me pareció tremendamente interesante, curioso, gracioso y muy acertado, así que aquí os lo dejo para que lo disfrutéis... (Pinchar en las fotos para ampliar)




Espero que os haya gustado tanto como a mi y que nadie se haya sentido ofendido con el término "naburros", con el que yo me identifico totalmente y me incluyo en dicho grupo. Yo mismo me veo en las situaciones aquí descritas y al leerlas, pues ya se sabe... que me he reído mucho y de mi mismo el primero. Que me sirva de autocrítica!!!!

sábado, 1 de febrero de 2014

CENA EN "EL ALCORCE "

He pensado mucho, y muchos días, en como hacer (de la mejor manera posible) el comentario sobre este restaurante, sin querer hacer sangre de tal despropósito de cena. Solo se me ha ocurrido una manera de hacerlo y es la siguiente:
Voy a escribir este comentario como si fuera para los dueños o gerentes de este local .
Elegimos el menú que tenían preparado para todas las citas que se dan en esta ciudad a la hora de salir a comer o cenar. El menú comenzaba con un chupito de caldo, que creo, y digo creo, que era casero. Mal presentado en vaso de plástico, pero caliente y bueno para comenzar con un banquete que creíamos iba a ser de nuestro agrado.


Siguieron los entrantes con ensalada de bacalao y os diría (a los gerentes de este local) que el primer secreto en hostelería para el triunfo sobre la competencia que debéis conocer es que la materia prima debe ser fresca y a ser posible local. La ensalada no es que estaría del todo mala pero si insípida. Quitando las endivias con bacalao, que no es que estarían extraordinarias, pero eran de mejor calidad que el resto. El tomate no era de la zona y, si lo era, debía ser de invernadero, lo cual se nota. No me sorprendió en absoluto y empecé a  darme cuenta en este plato de lo insípido y  falta de gusto que vendría después.


El siguiente entrante era la mariscada vertical. Un nombre demasiado rebuscado para el resultado que extraemos de este plato. Consistía en unos siete u ocho gambones hechos a la plancha y atravesados por un alambre, tipo pincho moruno, y en la parte de abajo unas zamburiñas. Los gambones eran congelados, primero descongelados y, después, demasiado hechos a la plancha hasta dejarlos secos, sin ningún tipo de humedad que retenga el "gustico" típico del marisco al "rechupetear" sus cáscaras, cabezas etc. Las zamburiñas estaban compradas, por lo visto, al mismo proveedor mayorista de congelados y tenían la misma sequedad que lo anteriormente descrito. Para mi gusto, este plato es un despropósito. En un restaurante que se precie, el marisco congelado a la plancha es como juntar agua y aceite, no casan ni ligan. Creo que es mejor elaborar cualquier otro plato con materia prima más económica pero fresca si el marisco fresco no encaja en el precio final que queremos poner al menú.


La degustación de ibéricos "de no se cuantas jotas" que ponía en el menú era de medio pelo tirando "pa bajo". Lo mejor era el salchichón con diferencia y el chorizo y el jamón eran muy normalitos. Este plato no lo voy a comentar demasiado porque no tiene demasiada elaboración, pero si tiene una transformación del corte al plato muy significativa. Cortamos jamón de una bellota o ibérico y en el menú ponemos que tiene media docena de bellotas. Como estoy escribiendo para los gerentes de este local, deciros nada más que para carnavales (aunque cortéis el mismo jamón) yo en el menú le quitaría dos o tres "jotas".


Con los segundos ya vino el esperpento de la cena. Mis acompañantes pidieron calamar a la plancha y pato y yo txuletón (y pongo txuletón con "tx" y con acento) y lo que me sirvieron fue un filete gordo, mejor que gordo, era grueso sin más. Muy pasado de hacer en la plancha (como casi todo lo que hicieron en la plancha) y encima de una chapa rusiente, la cual ayudó a que el "txuleton" estaría como una suela de zapato. Con el txuletón en Navarra no se juega !!! y vosotros lo hicisteis !! Encima tuvisteis el coraje de cobrarme 5 euros más de sobrecoste por ello, cuando uno de los socios del local se llevó mi plato con el txuleton prácticamente sin tocar y no tuvo vergüenza ni de preguntar porqué. No se como se puede abrir al público un negocio hostelero en Navarra sin tener ni la más mínima idea de saber lo que es un txuletón, su grosor, su asado, etc. Os invito a ir a comer al Don Julian en Tolosa o al Capricho en León, del cual tengo un artículo en este blog y aprender un poco sobre esta carne o, al menos, a llamar a cada cosa por su nombre. Penosa experiencia.


Otro de los comensales pidió calamar a la plancha y era pota, por supuesto que congelada, y hecha a la plancha.Os diría que los grandes restaurantes matan por tener los productos más frescos y creo que en Navarra no es demasiado difícil conseguir grandísimos productos de temporada por un precio justo, pero esto no va con la manera de trabajar de este restaurante.


Los postres no eran demasiado sorprendentes pero quizás fueron lo mejor de la cena. Sorbetes y bizcochos con helado.



Mi cena costó 30 euros por haber pedido txuleton. Los demás pagaron 25 euros. Es la peor cena de menú cerrado que he tenido, o, al menos, no puedo recordar otra peor. No entiendo como cualquiera tiene el desconocimiento para montar un restaurante y dedicarse a dar un menú o una carta sin ni siquiera plantearse cuales son los principales mandamientos de la restauración. Nunca me veréis volver por estos lares. Nunca volveréis a sacar de mi bolsillo el dinero que tanto me cuesta ganar. Tengo varios libros de restauración en mi casa y lo que quisiera transmitir a los dueños de este local es que en uno de ellos pone que un restaurante que de mal un servicio no solo pierde un cliente...