Echamos un bermut en el bar de un hotel situado en el puerto, en frente de la lonja para ser exactos. Pedimos dos sidriñas con calamares fritos (lo que aquí llamamos calamares a la romana). Nada que ver ni con la romana ni con el calamar que he comido por mi pueblo toda la vida. Infinitamente mejores, frescos fresquísimos, de sabor inclasificable y una textura tierna que se cortaba con el canto del tenedor sin encontrar ni una sola pielilla. Resumiendo, se cortaba limpiamente y sinceramente estaban "cojonudos".
A continuación nos dirigimos al restaurante El Barómetro, en el mismo paseo del puerto, en el que había reservado con tiempo por que sabía que es uno de los que más éxito tiene en esta localidad.
Pedí fabes con almejas, muy bien echas. Sacaron lo que serían dos platos con copete. Las almejas eran muy frescas, dejaban "regustico" a la salsa marinera de toda la vida . Muy muy buenas.
Mi señora pidió espárrago relleno de erizo de mar. Comentó que estaban muy tiernos y sabrosos, pero que sabían solo a espárrago. El erizo de mar no le aportaba demasiado sabor, aunque el conjunto estaba bueno.
De segundo pedí chipirones fritos. Aparte de frescos y tiernos, estaban "adobadicos" y rebozados con una "tempurica" muy muy ligera del estilo de los chopitos que hacen por el sur. Los chipirones eran "txikitikos" y me sirvieron una ración tremenda, aproximadamente para dos personas. Muy dificil poder dejarlos en el plato, pero estoy "inflao", ya que me he comido los dos platos de fabes. Aún así, no sobro ni un solo chipirón.
Mi mujer pidió lubina a la espalda, pero se la hicieron al estilo Orio. Comentó que estaba excelente y muy muy fresca. Salvaje por supuesto con un precio un poco elevado quizás, pero esa lubina o la pagas o comes la lubina de criadero, que no se ni como pueden ser de la misma familia.
De postre arroz con leche por supuesto!!
Presentado en tartera de barro y suficiente para dos personas. Sin caldo, era un como un bloque, pero sin ser pastoso. Untuoso y sabroso bloque con una textura que parecía la de la leche frita. Muy buen postre.
Comimos extraordinaria cocina Asturiana a muy buen precio, 64 euros los dos. Quitando la lubina que costó 23 euros, en este curioso restaurante se puede comer muy muy bien a unos precios ajustados y digo ajustados porque las raciones son doble de grandes que por la zona en la que vivo.
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