Pedimos uno de los menús que tienen diseñados, creo que se llamaba Abaroa 1. Comenzamos con un surtido de ibéricos. El jamón estaba bastante "buenillo", pero con el viejo truco del "chorrico de aceite". El buen jamón, si está a su justa temperatura no necesita de aceite. Su misma grasa hace que no se peguen las lonchas entre sí y también hace que se pegue al plato. De hecho, un buen jamón emplatado, si se voltea el plato no se desprende ni una sola loncha. El surtido también consistía en lomo de caña, que creo que era lo mejor, chorizo y salchichón, que estaban bien pero sin más.
Los pimientos del piquillo rellenos de bacalao estaban muy buenos. Efectivamente, los pimientos eran del piquillo (en muchos sitios no lo son) y el relleno como a mi me gusta "con mas bacalao que bechamel". El acabado de los pimientos era sin rebozar y conmigo acertaron porque yo los prefiero así. La salsa también con piquillo por que dejaba "picorico". Muy buenos.
De postre pedimos pastel vasco (como no). Lo sirvieron "calentiko" con caramelo y "una palada de canela" por encima . La crema, muy "espesota", daba una ligera sensación en cada bocado de que llevaba "tropezonicos" de manzana debido a que el sabor del conjunto recordaba bastante a la tarta de manzana, pero no era así.
El local es coqueto y está a pocos metros de casi todo lo que es el centro de Bilbao: el Arenal, Teatro Arriaga, parte vieja, etc. El menú costó 24 euros más IVA. Cuando nos sacaron la carta para elegir el menú, aparecía el precio abajo con letra grande y si ponía que no estaba incluido el IVA, debía ser con letra pequeñita, porque desde luego nosotros no nos fijamos. Solo al recibir la cuenta nos percatamos de que dicho impuesto se añadía en la cuenta. Sobre la comida en general tengo que decir que hay menús del día que me han sorprendido mucho mas que este menú y si vuelvo a Bilbao, que puede que lo haga en octubre, los buscaré por lo viejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario